Báilame el agua.
Úntame de amor y de otras fragancias de tu jardín secreto.
Sácame de quicio, hazme sufrir…
Ponme a secar como un trapo mojado.
Lléname de vida, líbrame de mi estigma.
Llámame tonto.
Olvida todo lo que haya podido decirte hasta ahora.
No me arrastres, no me asustes.
Vete lejos…pero no sueltes mi mano.
Empecemos de nuevo.
Toca mis ojos, nota la textura del calor.
¿Por cuánto te vendes?
Píllate los dedos y deja que te invite a un café.
Caliente claro.
Y sin azúcar… sin aliento.
Baílame el agua… Una película cruda, real. Una película que reaparece en mi vida ciclicamente, como si de un cometa se tratase, algo de lo que no soy siempre consciente, pero que va conmigo aunque yo no lo vea. Estos días he hablado mucho de esta película, de ésta y de El Padrino. Para los que están haciendo estos días felices, para vosotros, para vosotros dos. Os quiero.